Ganar no te hace mejor que tus compañeros, te hace mejor a ti mismo.

Ningún premio habría sido posible sin el apoyo constante de mi familia, mi mujer, siempre presente, mi madre, en mi memoria, mis amigos. Porque ser sommelier es más que una profesión, es un estilo de vida.

Descubrí el mundo de las competiciones en el 2017, al entrar en el Hotel Majestic de Barcelona, para entender lo que era una cata a ciegas. Se celebraba el RUINART CHALLENGE de ese año. Por supuesto, el resultado fue el esperado dada mi falta de experiencia en este tipo de eventos tan complejos, pero sirvió de perfecto detonante para tener claro que quería más. Supongo que no soy de los que se conforman, así que aproveché la ocasión para conocer gente, para abrir el olfato y las ganas de seguir compitiendo.

Dos años más tarde, conseguía llevarme a casa ese título, Mejor Sommelier de España, en el RUINART CHALLENGE de 2019, en San Sebastián. Permití que mi preparación se aliara con mi instinto para encontrar el hilo conductor que habitada entre cinco copas de vino blanco. Una experiencia increíble, que la vives en la propia competición y también después, cuando descubres que tu nombre se ha vuelto conocido, mientras el panorama internacional te recibe con los brazos abiertos. Yo solo podía pensar: esto es el comienzo, sigamos.

Avatares inesperados por todos conocidos ponen el mundo en suspenso. Fueron dos años de parón de eventos, pero no de inquietudes. Mi pasión por el vino me sirvió de motivación para seguir trabajando, a la espera de poder volver a sentir, oler, paladear. Al igual que muchos vinos, la vida pedía tiempo, solo era cuestión de esperar.

En el 2021 conseguí hacerme con el título de Mejor Sommelier de España UAES 2021. No podré olvidar el momento en el que, mientras esperábamos la deliberación, el número favorito de mi madre, recientemente fallecida, se iluminaba gigante frente a mí. Un ocho, en el pabellón frente al nuestro, en el IFEMA de Madrid, me recordó que no estaba solo y que nunca lo estaría. Para ellas, mi madre y su inquebrantable cariño, para mi esposa y su inagotable paciencia, fueron este premio. Se los dediqué con todo mi corazón.

Sin ellas, yo no sería uno de los cuatro sommeliers que tenemos ambos títulos, Ruinart Clallenge y Mejor Sommelier de España. Desde ese momento, mi vida profesional no ha dejado de girar. El mundo se ha abierto y no seré yo quién le ponga límites. Recientemente he estado en Malasia, representando a España en una concentración de una semana, con los 50 mejores sommeliers del mundo, fui el único español. El honor es indescriptible.

En 2024 me espera Serbia, para representar a España en el Campeonato de Europa, para el que ya me estoy preparando.

El resto de premios están listados en mi BIO, aquí me apetecía hablar de lo que me ha marcado, de lo que me mueve cada día para buscar mi mejor versión. Quería contaros lo hermoso que es descubrir que todos tenemos un talento, porque todos llevamos escondida una pasión, y cuando se descubre, se obra la magia. Así que mi consejo es, vive tu pasión, y si ese amor nace del vino, te espera un camino lleno de alegrías. A por todas.