¿Sientes curiosidad por el mundo del vino?
Vamos a descubrirlo juntos. Vamos a entender que no tienes que “entender” para disfrutar, lo que tienes es que dejarte sorprender.
Quiero llevarte de viaje por tierras y mares a golpe de sabores, aromas, colores, quiero que descubras el placer que se esconde en una copa de vino.
Dejemos la corbata en casa, escapemos de formalismos y vayamos a lo bonito de todo esto, a ese poder que tiene cada botella de guardar en ella toda una historia. De dónde viene, cómo fue alimentado, de qué aguas bebió, qué vientos soplaban mientras crecía. Es fascinante.
Imagina una reunión de amigos y una curiosidad, yo me encargo de darle forma. Una forma sencilla, libre de pedanterías y repleta de sensaciones. Quiero que aprendas desde la humildad de una uva que se hace grande con los años. Porque lo que aprendas conmigo hará más grandes las copas que vendrán después.
Dejemos de fingir que sabemos leer una carta de vinos y aprendamos de verdad, es más sencillo de lo que imaginas. Porque hacerlo sencillo para ti, para vosotros, es parte de mi trabajo.
Sobre todo, busco que te diviertas y que te enamores. Si, que te enamores de un universo que siempre sabrá cómo sorprenderte.
¿Quieres saber más?
Entonces eres de los míos. Déjame decirte que estás perdido, porque una vez que este mundo te atrapa ya no te suelta. Es como si tus pies se enredasen entre las raíces de las vides y tu paladar no dejara de pedir más.
Tú mandas. Podemos crear experiencias desde el vino en apariencia más humilde hasta el más especial, el límite lo marcas tú. Déjame decirte que cada vez que pruebo un vino con la capacidad de sorprenderme, en lo primero que pienso en lo que se están perdiendo los demás. Y crecen en mí las ganas de compartir ese maravilloso descubrimiento.
Tan solo tienes que contarme tu idea, cuáles son tus preferencias, tus grandes desconocidos, y con quienes vas a compartir esa especial vivencia. Porque mi mente se pondrá a trabajar desde el primer instante. Mi meta está clara, destapar la experiencia que encierra cada botella y darles una nueva vida a todos tus sentidos.
Porque beber vino es mucho más que una simple cuestión de paladar. El vino no se bebe, el vino se vive.