Deja de mirar, empieza a sentir
Voy a contarte una historia. Una historia que nace en las raíces del vino, el suelo en el que cada mata crece y cobra vida. Esa vida, lleva grabada la memoria de las tierras que han sido su cuna y serán para siempre su hogar. Acompáñame por la geografía española olvidando todo lo que sabes. Olvida las denominaciones, olvida los colores, olvídalo todo y, simplemente, deja que tus sentidos tomen las riendas de este viaje de descubrimiento.
Nuestra primera parada es en Jerez, un deslumbrante suelo blanco de cal, sal y arena, parece disfrazarse de desierto en el que se esconde la vida de matas con raíces profundas, buscadoras de oscuridad, mientras, arriba, esta particular tierra las protege de un sol que no da tregua. Este suelo es único como su nombre, Albarriza y sabrá sorprenderte.
Viajamos a tierras célticas, a Galicia. Tierras bañadas por lluvias que no entienden de estaciones. Xabre, son suelos de granito milenario que ceden su fuerza para abrirle paso al agua, para que no se encharque su suelo, así, la planta crece en equilibrio perfecto, humedad y fuerza se dan la mano.
Continuamos la travesía hacia las islas mediterráneas, es en Mallorca, dónde la arcilla roja dota al suelo Call Vermell de toda su personalidad, ese rojo nace de una mayor presencia de hierro en la tierra, crece el volumen del vino, aumenta su estructura, tu boca entenderá la diferencia.
Vayámonos ahora a otras islas, las Canarias, en las que el suelo volcánico o Picón cuenta una noble historia de uvas repletas de tradición que viajan desde el sur de España hasta Sudamérica, llevando consigo las huellas de un suelo duro, que cierra unos vinos muy especiales, capaces de abrazar todos los aromas de ese suelo nacido de volcanes.
Es fácil reconocer los suelos catalanes. El paso de los años ha ido superponiendo capas de tiempo y de una maravillosa pizarra azul, capaz de mantener el calor y de conservar el ph del suelo estable. Este suelo es Licorella Priorat, y juntos descubriremos la linealidad de sus vinos, sentiremos la impronta de ese suelo tan diferente.
Con la calma que requiere todo buen viaje, para grabar en la memoria lo vivido, para conocerse un poco más a través de cada pequeña experiencia. Eso es viajar, sentir, conocer y conocerse. Y este viaje que te acabo de contar, compuesto por cinco copas de vino, nació como proyecto en 2022 para el restaurante mallorquín Little Jarana. Una parada obligatoria para quien busque disfrutar de la buena gastronomía. Añadimos esta experiencia a su carta de vinos, con una cuidada presentación, en la que el nombre de cada vino aparecía pintado del color de su suelo, porque el viaje tenía que empezar antes del primer sorbo.
Mis proyectos quieren enriquecer tu carta de vinos, si eres el dueño de un restaurante. Por supuesto también podemos crear una experiencia privada, porque sois un grupo de amigos que buscáis un ocio diferente. Tal vez porque yo no me conformo, tampoco quiero que te conformes tú.
Qué mejor manera de elevar la experiencia en tu restaurante que a través de vivencias que alejen a tus clientes del blanco, tinto, o la manida selección de denominaciones. Tú y yo, como profesionales del sector, sabemos que hay mucho más. Volcaré en cada copa la misma pasión que tú dejas en cada uno de tus platos. Juntos, elevaremos la categoría de tu restaurante, no por elitismo, sino por satisfacción.
Es tiempo de abrir la mente y el paladar a esos vinos maravillosos de cosecha limitada, que aguardan escondidos a ser descubiertos. Cada una de esas botellas espera con ansia ser descorchada por un alma inquieta, por un paladar curioso, por ti.
Ven conmigo, te llevaré de la mano a recorrer el mundo del vino como no lo habías hecho antes. Querrás repetir.